sábado, 23 de julio de 2011

EL PUEBLO GUINEANO: ESE CONVIDADO DE PIEDRA

                                                          
                                                                                         La otra realidad guineana                             
Por Juan Cuevas

En un certero artículo publicado en este  blog, D. Severo Moto, va glosando paso a paso, la decadencia del régimen de Guinea Ecuatorial, para ello saca a la luz la historia de un personaje, Heriberto Meco, hijo de D.Patricio Meco, asesinado por el mismísimo Obiang,  convertido en uno de los más peligrosos sicarios de este.

La situación del pueblo guineano parece sacada de la novela de H. G. Wells, "la maquina del tiempo"  que cuenta como unos siniestros seres (infrahombres), los Morlocks, se alimentaban de los pacíficos e ingenuos humanos del futuro. Ver como las dos terceras partes de los guineanos sobreviven con menos de dos dólares diarios y el Presidente del país, sus familiares y toda la cohorte de enchufados, tiran el dinero procedente de los recursos naturales que son propiedad de todos los guineanos, es un triste y penoso espectáculo. 
Sofitel Malabo Sipopo le Golf

En estos días ha cobrado  actualidad la ciudad guineana de Sipopo, construida en terrenos arrebatados a sus legítimos dueños, para albergar la cumbre de la UA, con la que el dictador Obiang, ha intentado lavar su imagen internacional. Pues bien, esa ciudad de 300 Has.  ha costado construirla mas de 580 millones de euros. Y para colmo de males, el Dictador la dedicará solo al turismo, quedando prohibida para el resto de los habitantes guineanos. Otros ejemplos de megalomanía (con el dinero del pueblo, por supuesto) lo tenemos en la ampliación del Palacio de Africa en Malabo, los palacios de Bata, las residencias en Luba, en Moka, en Mongomo y la ciudad Malabo II. 


                                                            

Tanto las diez empresas que han construido Sipopo, como las que han intervenido en el resto de las grandes obras del país, son extranjeras. Y aquellas que cuentan con capital guineano, pertenecen a Obiang o algún gerifalte del régimen.

En este apartheid en que vive el pueblo guineano, provocado por parte de su misma gente (cuña de la misma madera), la mayoría de sus habitantes no cuentan para nada, tan sólo para convertirse en mano de obra barata de las empresas extranjeras, a las que se les otorga todo tipo de privilegios.

Los guineanos se han convertido, en su propio país, en unos  convidados de piedra. Nadie se ha preocupado en formar técnicamente a los jóvenes, para que vayan tomando el control de las empresas del país, no se ha dedicado ningún  dinero a apoyar proyectos llevados a cabo por emprendedores guineanos. Todas son facilidades para las empresas extranjeras y mientras tanto, el tejido productivo (pequeñas industrias, artesanados, explotaciones agrícolas, turismo, etc) guineano, casi ni existe.

Ante esta situación, cabe preguntarse, ¿para que ha valido la independencia?. ¿Y el descubrimiento de grandes recursos naturales, han traído prosperidad al pueblo guineano?. Los grandes palacios, para disfrute de la tiranía, la construcción  de ciudades vetadas al pueblo, los enormes monumentos conmemorativos y los ingentes gastos en fastos, para mayor gloria de los gobernantes, no desarrollan al pueblo, antes bien, levantan grandes abismos entre la clase  dirigente privilegiada y el resto de los habitantes.

Está claro que cada día que pasa el pueblo guineano bajo esta dictadura, va aumentando el  empobrecimiento y la  marginación. Solo un régimen democrático justo y un gobierno cuya prioridad sea una justa distribución de los recursos procedentes del petróleo, que atienda prioritariamente a esa gran bolsa de población olvidada por la Dictadura, puede sacar de esta situación de exclusión social a la mayor parte del pueblo guineano.