martes, 19 de agosto de 2014

LAS DOS ORILLAS



Redacción de El Confidencial

No existe mayor lastre para la sociedad guineana que la desmemoria de los acontecimientos políticos que ha vivido. Ni peor desgracia que la perversión del lenguaje, el veneno de la mentira y la falsedad de las cosas, que la dictadura está inoculando en el conjunto de nuestro pueblo. En los dos mundos que Obiang ha creado, el del interior y el del exilio, tan lejano el uno del otro, pero a su vez, tan al alcance y tan penetrado el segundo por el primero, las cosas no son lo que aparentan ser.

El mayor alegato en favor de la verdad de las cosas y en contra de la manipulación que las dictaduras hacen de la realidad, se ha podido oír de la boca de Václcav Havel, un filósofo y opositor político al régimen comunista en la Checoslovaquia del Pacto de Varsovia. El líder moral  de la resistencia comunista, -primer Presidente de la extinta república de Checoslovaquia- sostenía que la pervivencia de la dictadura en su país fue posible gracias a la perversión del lenguaje por la manipulación política de la verdad, en la que hasta la mentira más burda era elevada a categoría.

En Guinea Ecuatorial el disimulo y la mentira se han convertido en una forma de supervivencia. Nada es lo que aparenta ser, la ficción ha tomado forma de realidad. Hemos sido inundados con tantos falsos eufemismos, con tanto mensaje huero, con tanta mentira, hasta crear una atmósfera irrespirable en la que realidad y ficción se confunden. De entre las grandes mentiras  propaladas por la dictadura se encuentra aquel proceso engañoso de democratización: su "ensayo democrático  a la ecuatoguineana", o también esos falsos espejismos que tanto repiten los lobbys extranjeros de Obiang; "Guinea Ecuatorial va dando pasos hacia la democracia", o "en Guinea Ecuatorial se están alcanzando cuatas de desarrollo". Hablamos  también de la "oposición" que hacen los partidos legalizados del interior, que dicen repudiar la dictadura, pero sin embargo, van a las elecciones manipuladas que esta convoca  y, además,  participan en sus instituciones. Últimamente vemos como están multiplicando sus esfuerzos para captar apoyos en favor de ese engañoso Dialoga Nacional e intentan a toda costa que todos estampen su firma en su ya  famoso Manifiesto de Madrid.

Los impulsores  del Diálogo Nacional se han creído que los demás somos  unos ignorantes, a los que se les puede engañar fácilmente. Aún siendo conocido por todos  los inicios, el planteamiento y el desarrollo del dichoso manifiesto, lo presentan como el bálsamo de Fierabrás con el que solucionarán todos los males de nuestro país. Atendiendo a su génesis, ya sabemos -a ellos se les escapó en su primera convocatoria- que venían de la mano de Obiang y que en realidad  lo había planteado antes el PDGE, posteriormente lo aceptaron todos los partidos del interior -incluido CPDS, cuyo Secretario General acababa de reunirse con Obiang-, y que se produjo como una respuesta al empuje que estaba tomando la oposición exiliada con la irrupción de CORED en la arena política. Nada nuevo, otro engaño de CPDS que se encuentra  atrapado, condenado a impulsar cualquier iniciativa del dictador, porque se les hace  imposible salir de esa "hermandad" que han formado  con la dictadura y con sus homólogos españoles, esos personajes  que tanto visitan a Obiang.

Si es difícil sentar a Obiang en una mesa de negociación para que abandone el poder, no es menos fácil  conseguir que la dictadura evolucione, simplemente aceptando esos pequeños espacios de poder que está dispuesta a dejar a la oposición, con tal que le legitimen  y le permitan seguir más tiempo en el poder. No es una quimera pedirle a Obaing que convoque una mesa de diálogo para facilitar el abandono -no se le puede pedir otra cosa- del poder, evitando así un inútil derramamiento de sangre. Es , por otra parte, la obligación de toda oposición democrática que lucha contra una feroz dictadura, a la que le es imposible regenerarse. Además, será  la demostración ante nuestro pueblo y ante la comunidad internacional  de que querremos  un auténtico cambio para nuestro país y que se quiere hacer con los instrumentos democráticos. Es también marchamo de fiabilidad ante la comunidad internacional.

De todo ese mundo de mentira y maldad sale un personaje siniestro, enemigo acérrimo de la  oposición exiliada. Adolfo Fernández Marugán -el "observador", el de Tiempos Canallas. Personaje para el que Severo Moto se ha convertido en una obsesión. Era fácil encontrarlo detrás de cada conspiración contra Severo Moto. Aparecía como un cuervo  anunciando la desgracia, alardeando de que él lo sabía  todo. Y cuando el Presidente del Partido del Progreso salió indemne del sacrificio que le tenían preparado, espetó una frase "canalla": !"esta vez habéis ganado"¡.

Parece ser que a algunos no les interesa en absoluto la presencia de Severo Moto en Guinea, ni a  Obiang, -que ha anunciado que le estará esperando-, ni a todo el conjunto de personajes que se están beneficiando del dictador. Tampoco a aquellos partidos que aspiran a heredar la dictadura, aunque tengan que compartir el poder con  el Tonto Nacional. A esos que no hacen ascos en ser nominados por Obaiang para ocupar un puesto en esa lista interminables de ministros, viceministros, secretarios generales y otros cientos de cargos con los que la dictadura agracia a los que le sirven, les decimos que si quieren obtener el poder, que planteen la convocatoria de elecciones generales, libres y limpias, en las que el pueblo se pueda expresar libremente. ¿Es de eso de lo que tienen miedo de Severo Moto?. ¿Es ese el motivo por el  que no quieren que retorne en libertad a Guinea Ecuatorial?.