jueves, 6 de noviembre de 2014

Cada vez más cerca, Presidente. Feliz cumpleaños.




Como cada año por estas fechas celebramos el cumpleaños de nuestro Presidente, Severo Moto Nsa . Cada reunión tiene su particular liturgia y esta está determinada por la historia y las percepciones que vivimos en el exilio. “No es un buen año para la lírica”, empezó diciendo uno de los colaboradores que compartía mesa y mantel con los responsables del Partido del Progreso y del Gobierno en el exilio que nos dimos cita en un local de la capital española.



La onomástica de Moto siempre ha sido un buen momento para hacer balances, exponer ideas y proyectos y sentar las bases de nuestra unidad y compromiso con la causa de la Libertad de Guinea Ecuatorial.



Es verdad, pensé, no son buenos tiempos para la lírica. Solo hay que mirar a nuestro alrededor para ver lo que se cuece en esta olla que es el mundo. El infierno desatado en las tierras árabes de Irak y Siria; el eterno conflicto islámico israelí, los frustrantes resultados de lo que se vino en denominar “las primaveras árabes”, el final abrupto de los pésimos gobiernos africanos como Costa de Marfil, Burkina Faso y otros. El ébola, el paludismo, el sida y el hambre; el continente africano se retuerce de dolor. Nigeria no es capaz de doblegar a los psicópatas musulmanes del norte, en Malí las cosas no andan mejor y en centro de África la guerra de desgaste continúa. Claro que no son buenos tiempos para la poesía ni el arte; estamos, todavía, luchando por no morir en el intento. Y esto solo hablando de nuestro continente pues el mundo, en su total extensión, sufre convulsiones que van desde Ucrania a Canadá y del sudeste asiático a los desastres que desangran América, desde Méjico a Argentina pasando por Cuba y Venezuela. Que mal panorama.



No estábamos para celebraciones más allá de la de festejar nuestra propia supervivencia. “ Ya es un lujo estar vivos en este mundo demente, violento y peligroso” dijo uno de los presentes al tiempo que levantaba la copa en un brindis por los compañeros ausentes. “Echamos de menos a los que no están, a los que se fueron y damos la bienvenida a los que se unen a este grupo que lucha por la dignidad de nuestro pueblo”, arengó el veterano miembro del Partido de Moto con clara intención de levantar los ánimos.



El Vicepresidente, Armengol Engonga, siempre optimista, afirmó que el largo camino del exilio no había sido en vano. "Los años duros fuera de nuestro país, en territorios ajenos y muchas veces hostiles, nos han endurecido y curtido pero también, nos han hermanado y unido. El Partido del Progreso, aseguró, es más que una organización política , es un proyecto de futuro para un pueblo oprimido y abandonado a su suerte y que está llamado a escribir su historia con caracteres de oro". Armengol volvió a expresar su gratitud a todos los compañeros y felicitó, en nombre de los presentes y los que no pudieron estar, el cumpleaños de un Presidente que ha sabido formar un compacto grupo de acción política con vocación de servicio y amor por su Patria.



El Presidente, Severo Moto, visiblemente emocionado agradeció las palabras de los que le habían antecedido en el uso de las palabras y reflexionó en voz alta sobre los males que asolan el mundo en el que vivimos. “Es verdad, dijo, que las cosas están muy feas” e hizo una pausa para añadir que “no es menos verdad que las cosas van a mejorar sensiblemente”.



Moto está convencido que la democracia, el cambio de régimen en Guinea Ecuatorial será una salto tan cualitativo que cuesta reducirlo a palabras. El Presidente dijo que no estábamos en política para vivir bien ni para hacer negocios ni para enriquecernos a costa del sufrimiento ajeno. El Presidente volvió a insistir en que el mejor premio a nuestro trabajo será ver la sonrisa de los niños y la de sus padres ante la realidad de una sociedad cargada de oportunidades y esperanza en el futuro. “No hay nada más bonito para un hombre de mi edad que ver que dejo un mundo habitable y confortable para mis hijos y para mis nietos. Eso no hay dinero que lo pague”.



Al contrario que otros políticos, africanos y europeos, Moto, puede vanagloriarse de saber lo que cuesta una barra de pan, de educar a sus hijos en situaciones muy precarias y comprometidas y junto a su esposa, Margarita, sacar adelante a la familia.



Pocos políticos pueden decir lo mismo. Acostumbrados como estamos a personajes de verborrea vomitiva, pseudoredentores o salvapatrias varios, líderes solitarios que solo buscan su propia promoción o el negocio de la política para beneficio propio, de familiares y allegados; formar parte del Partido del Progreso es un verdadero honor y porque no decirlo, un orgullo.




Mis compañeros de viaje, empezando por nuestro Presidente, Severo Moto, saben lo que cuesta llegar a final de mes, ganar un jornal o pelear por mantener un puesto de trabajo o una empresa. En el Partido del Progreso, así lo dice el Presidente Moto, queremos ,para Guinea Ecuatorial, que nuestros compatriotas tengan una casa digna, que abran el grifo y salga agua caliente para bañar a nuestros pequeños, que las escuelas sean de calidad y para todos; que los hospitales y centros de salud sean una realidad a la que tengan acceso todos los ciudadanos y que la policía no esté al servicio del malvado de turno para eliminar opositores y sí para defender al honrado del criminal o el delincuente. Queremos, para nuestro futuro, una universidad que forme profesionales y una tierra que sea la fuente de riqueza del país. Queremos políticos honestos y funcionarios eficaces. Queremos que nuestros ancianos cuenten con los cuidados que se merecen pues ellos nos dieron la vida y construyeron nuestro futuro pero queremos, también, que los jóvenes tengan expectativas, esperanzas en una vida cada vez mejor y eso solo se consigue con personas preparadas y con una insobornable vocación de entrega y servicio a los demás.




Severo Moto ha cumplido años 71 años y eso le otorga credibilidad, experiencia y toda una trayectoria humana y como no, política. Departir con él, con su equipo y formar parte de este proyecto ilusionante es un privilegio que, en breve, estará al alcance de muchos pues solo le queda llegar a Guinea Ecuatorial.




“El camino ha sido duro y largo pero ha merecido la pena”, dice el Vicepresidente. "Nos ha enseñado a organizarnos y a distinguir entre lo urgente y lo importante". Severo Moto ostenta el orgullo de ser un Presidente electo, querido y apoyado. No faltaron en la cena los recuerdos a los momentos duros que hemos compartido. Nuestro querido Presidente ha sufrido una implacable persecución durante más de tres décadas, ha sido extorsionado y amenazado de muerte, secuestrado; estuvo en la cárcel, con Obiang en Guinea Ecuatorial y con ZP, en España, algo que muy pocos o ninguno puede decir. Moto jamás se vendió al sátrapa ni entregó compañeros a la dictadura, ni negoció por un puñado de monedas. Vendrán tiempos en que veremos a muchos, políticos de medio pelo, que aflorarán cuando el peligro haya sido neutralizado para vendernos, mediante el vil arte de las falacias, sueños imposibles que esconden demonios y objetivos inconfesables.


Ya ha pasado lo peor y que mientras el mundo camina hacia atrás nosotros, los guineoecuatorianos (ya nos tocaba ¿no?) tenemos un horizonte muy esperanzador.

Durante la cena, uno de mis compañeros de mesa tomó la palabra y dijo, como si se trataran de profecías que cuando se abra nuestro país a la modernidad, a la civilización, también se abrirá a todo tipo de protagonismos. Lo bueno, lo que nos salva en el Partido del Progreso, es que no tenemos un “líder” dogmático y egocéntrico y que nuestro futuro está basado en el compromiso colectivo y en el bien común. Nosotros creemos en el individuo, en la persona como sujeto de derechos y obligaciones. Tenemos claro que el talento hay que potenciarlo y no domesticarlo al servicio de intereses partidistas o estatalistas. En el Partido del Progreso creemos en la convivencia y en la no discriminación por razón de razas, sexo, religión o pensamiento. No creemos que los territorios pertenezcan a ningún grupo y sí al conjunto del pueblo de Guinea Ecuatorial. Moto nos ha enseñado que juntos somos más fuertes y capaces y que juntos, unidos, vamos a alcanzar nuestro objetivo que no es otro que el de liberar nuestro pueblo de la banda armada que lo mantiene en el subdesarrollo y establecer la democracia como forma de gobierno, en consonancia con las naciones más avanzadas y civilizadas del mundo.




Anoche, Presidente y hoy, que es su onomástica, levantamos nuestras copas y nos volvimos a hermanar.

Gracias:

  • Por haber creado esta familia del Partido del Progreso.
  • Por hacernos partícipes de una de las aventuras más apasionantes que un ser humano puede experimentar en la vida.
  • Por llenarnos de ilusión y buenas ideas frente a la maldad, la corrupción y el crimen.
  • Por hacernos sentir los más grandes sin despreciar a nadie.
  • Por integrar a tantas mujeres en el equipo y a tanta gente joven.
Gracias, en definitiva, por querer lo mejor para nuestro pueblo y por no haber abandonado nunca a pesar de las circunstancias.



Felicidades, Presidente, un año más.

El año que viene lo celebraremos en Guinea Ecuatorial.