Obama acude en ayuda de la oposición de Guinea Ecuatorial. En España, silencio
En Guinea Ecuatorial, se celebran hoy
elecciones presidenciales en las que, nadie lo duda, el presidente Teodoro
Obiang volverá a cosechar un resultado "triunfal". Pero, esta
vez, el dictador guineano está muy nervioso por los gestos con que desde
Estados Unidos se le presiona para que renuncie al poder. Su reacción ha sido
permitir el ataque a la sede de uno de los partidos de la oposición. Mientras,
en España el Gobierno permanece indiferente. Ciudadanos ha intentado una
iniciativa con el resto de las fuerzas políticas para presionar a Obiang al
respeto de los derechos humanos. Por ahora, nadie ha respondido.
La tensión es el
común denominador en las dos únicos puntos de hispanidad del continente
africano. Mientras en relación al Sáhara Occidental seguimos a la espera debate
del Consejo de Seguridad de la ONU para ver qué hacen sus miembros con la
espantada de Marruecos con la Minurso, en Guinea Ecuatorial la situación
también está que arde con las elecciones que se celebran hoy, 24 de abril. Así
como el rey Mohamed VI de Marruecos comenzó a ponerse muy inquieto este otoño
por el dictamen del Tribunal de Justicia europeo sobre la cuestión del Sáhara
Occidental, la inquietud de Obiang cobró altura durante el verano. Fue a raíz
del histórico discurso que el presidente de EEUU, Barack Obama, pronunció en
Addis Abeba (Etiopía) en el que les dijo a los dirigentes africanos que “nadie
debería ser presidente de por vida”, por muy bien que lo haga.
Teodoro Obiang (73 años de edad) encabeza la lista de presidentes más longevos de África junto a su gran amigo el presidente Robert Mugabe de Zimbabue. Se sintió aludido. Obama no le había nombrado pero el dictador guineano perdió los nervios con esas parrafadas con las que el presidente estadounidense dijo con cierta ironía no comprender ese empeño por permanecer –“no lo entiendo, que quieran seguir tanto tiempo, especialmente cuando tienen mucho dinero, dijo”–, y aconsejó que tras dos mandatos, siguiesen su ejemplo, y renunciasen a seguir presentándose a unas elecciones.
Cerca de la mitad de los 55 jefes de
estado africanos (los 54 de la Unión Africana + Marruecos) llevan más tiempo
gobernando que Obama en sus dos mandatos. Pero, es evidente que a Obiang le
incomodó de forma especial la referencia con la que Obama señaló la falta de
democracia y el cáncer de la corrupción como los grandes escollos que frenan el
progreso del continente: cuando reaccionó, lo hizo a través de uno de sus
subalternos, Jerónimo Osa, secretario general del Partido Democrático de Guinea
Ecuatorial (PDGE), que advirtió a Obama que cometía un grave error por no haber
comprendido cómo funcionan las cosas en África, donde “las jóvenes democracias
africanas necesitan asentarse con líderes estables y seguros”.
“El mejor ejemplo", dijo
Osa, "lo encontramos precisamente en los 36 años de democracia, desarrollo
y libertad propiciados por SE. Obiang Nguema Mbasogo en Guinea Ecuatorial. Su
permanencia ha supuesto para nuestro país una estabilidad social sin
igual, inédita en nuestra historia”.
La aproximación de Obiang a Moscú y
China
No es la primera vez que se habla que
desde Washington están presionando a Obiang para que abandone el poder y, sobre
todo, que desista de sus planes para que le suceda en el poder su hijo
"Teodorín". Los procedimientos penales por corrupción y blanqueo de
capitales en Francia y EEUU y las detenciones de las que ha sido objeto
"Teodorín" en el extranjero en relación con estas causas, son para
muchos analistas señales inequívocas de que Obiang ha perdido definitivamente
el favor de Washington pese a que las grandes petroleras estadounidenses son las
grandes beneficiarias de la explotación petrolera de Guinea Ecuatorial.
En un intento de demostrar que su
poder sigue intacto, tras el discurso de Addis Abeba, Obiang inició de
inmediato una serie de movimientos de aproximación a Rusia y China. Hubo un
frenesí de idas y venidas, acuerdos comerciales y cooperación en materias de
defensa, que durante unos días llenaron los puertos de Guinea Ecuatorial de
naves de guerra rusas, como si hubiesen vuelto los tiempos de la guerra fría,
cuando el antecesor y tío de Obiang, Francisco Macías, se apuntó a la órbita
prosoviética.
La llegada en febrero a Malabo de la
nueva embajadora Julie Furuta-Toy no ha contribuido a devolverle la calma a
Obiang, sino todo lo contrario. La oposición guineana ha interpretado como una
nueva colleja a su presidente la publicación en la web de la embajada
norteamericana, y de forma destacada, de un artículo de la
subsecretaria de Estado Linda Thomas-Greenfield, centrado en la idea
de que “el apoyo a la democracia y a elecciones libres y justas es uno de los
pilares de la Carta Africana sobre democracia, elecciones y gobernabilidad”.
Por cierto, el título de este texto vuelve a las sugerencias de Obama: ¡Dos
Mandatos y Ya!
Los sinsabores de Obiang con la nueva
embajadora se han convertido en la comidilla de los círculos opositores. Hasta
el punto de que, cuando a mediados de marzo, el presidente de Nigeria,
Muhammadu Buhari, viajó a Malabo de sopetón, entre los principales partidos de
la oposición corrió el rumor de que el auténtico motivo de la visita relámpago
había sido el llevarle a Obiang un mensaje de Obama, para que renunciase a
seguir teledirigiendo la vida política del país.
Sea como fuere, el presidente
ecuatoguineano ha continuado erre que erre con su plan de seguir siendo
presidente y, para asegurarse el enésimo mandato, ha adelantado la convocatoria
de elecciones presidenciales contraviniendo las propias normas constitucionales
que impuso al país. Al mismo tiempo, ha continuado la persecución, detención
arbitraria, tortura y apaleamiento de los opositores.
Desde Washington, se ha contestado a
Obiang donde más le duele: a pocos días de la elección, para allá que se ha ido
de visita el dirigente de la oposición exiliado en España, Severo Moto con sus
principales colaboradores. De nada sirvieron los movimientos de la embajada
ecuatoguineana en EEUU para disuadir a las organizaciones, personalidades y
políticos que han recibido a la delegación para que cancelasen sus encuentros
con un "golpista" (Severo Moto). El resultado es que el opositor que
Obiang más detesta ha vuelto a Madrid pocas horas antes de que se abran urnas
en Malabo, de lo más
satisfecho por la buena acogida en Washington y, también, por la
publicidad dada a su presencia por varios medios de comunicación.
España, ausente de la batalla por la
democracia en Guinea Ecuatorial
¿Y qué hace España mientras tanto?
Un buen ejemplo de ello lo tenemos
con el asalto de las fuerzas de seguridad de Obiang a la sede de Ciudadanos por
la Innovación (CI), que ha causado varios heridos entre los militantes de
este partido. La embajadora estadounidense en Malabo, según fuentes opositoras,
se personó en el lugar de los hecho para averiguar a pie de calle qué había
ocurrido y contribuir ha que los heridos en el cerco a la sede de CI fuesen
atendidos por personal médico.
Mientras en Madrid, el portavoz de
Exteriores de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, Fernando Maura,
propuso al resto de los partidos españoles unirse en un llamamiento común para
que Obiang asegure el respeto de los derechos humanos.