Armengol Engonga, Vicepresidente
Hay quién al cumplir determinada edad se da por amortizado,
se jubila y cambia la vida laboral por apacibles paseos matutinos, se hacen con
una mascota, cuidan de los nietos o se compran una caravana para quitarse de en
medio y no los molesten, que ganado se tienen el descanso tras muchos años de
duro trabajo. Bueno, dicho esto, tengo que destacar que para nada se corresponde
con el retrato del hombre que hoy cumple 66 años y que se despide de su empresa
con un grado de cumplimiento difícil de superar.
Armengol y Severo en Madrid
Armengol Engonga, Vicepresidente del Gobierno en el exilio y del
Partido del Progreso, comienza una nueva etapa en su vida y que no es otra que
la de entregarse, aún más si cabe, en el proyecto que lidera su admirado y buen
amigo, Severo Moto.
Armengol, junto a militantes del Partido del Progreso, pidiendo la libertad de S. Moto encarcelado, sin juicio, en España.
Poco nos queda por decir de Armengol que no hayamos dicho
ya. Destacó como estudiante y eso le ayudó a saltar a España para continuar con
su formación. Nunca se sintió menos ni más que nadie y cultivó amistades que
llegan hasta el día de hoy. Armengol es un referente para nosotros,
para su preciosa esposa y sus tres hijos. Pronto será abuelo y tendrá el reto
de trasmitirle esos valores al más nuevo de la familia.
En una reunión política
Una tarde de invierno, hace ya algunos años, volvíamos de un
acto político que había tenido lugar en Alcorcón cuando el Presidente, Severo
Moto, me dijo sentirse muy orgulloso del equipo que le arropaba. "Sin ellos, me
confesó, este proyecto jamás habría tenido sentido y yo, seguramente, estaría
fuera de juego".
Armengol, Severo y Margarita, celebrando la liberación de Moto tras cuatro meses y cuatro días encarcelado en España para que no concurriera a las elecciones en Guinea Ecuatorial ¿Cuanto pagó Obiang para que las autoridades españolas llegaran a tal extremo?
De Armengol, su mano derecha, me contó que sentía una sincera admiración. "Es un hombre fuerte, incansable y
positivo, me decía Moto, es una garantía de éxito. Imagínate en Guinea
Ecuatorial un vicepresidente de una honestidad a prueba de bomba, con unos
valores sólidos que le hacen reparar en las personas y sus circunstancias, que
ha sido leal a su empresa y que jamás ha robado, extorsionado o asesinado a
nadie". Me le quedé mirando sorprendido y
continuó diciéndome "¿Crees que exagero?" Yo no sabía que decir. "No exagero nada,
siguió hablándome el Presidente, en Guinea Ecuatorial tenemos un Gobierno atroz
que extorsiona, roba a manos llenas, niega hasta la dignidad de los que allí
viven, encarcela y muchos estamos en el exilio por culpa de esta banda de
matones. Lo triste es que hay muchos que claman justicia por sus muertos. Por
eso, por toda esta serie de razones, se hace imprescindible que lleguen al
Gobierno del país personas con la determinación y la honestidad de Armengol".
Es increíble lo que cambiaría la vida de los guineanos con Severo Moto y su equipo al frente de la administración de los recursos y llevar a
cabo acciones que dignifiquen la vida de sus habitantes para que se conviertan en
ciudadanos en vez de súbditos, que los
jóvenes tengan un futuro por delante, haya igualdad entre hombres y mujeres y
que los ancianos disfruten de una vejez con cuidados y atenciones.
Hoy, Armengol Engonga, Vicepresidente del Partido del
Progreso, cumple 66 años y se incorpora al ciento cincuenta por cien al
proyecto de llevar la dignidad, la civilización y la cordura a Guinea
Ecuatorial.
Lo vamos a celebrar con él y vamos a recordar los miles de
kilómetros que ha hecho en horas fuera de su trabajo, los fines de semana
que le ha dedicado a la causa, el dinero que ha invertido y los amigos que ha
sumado.
Felicidades, Vicepresidente y es un honor formar parte de
esta familia, de este grupo, que tiene la aspiración de llevar al país a los más altos estándares de democracia, transparencia, honradez y eficacia. Ojalá y
que celebremos el próximo cumpleaños en Guinea Ecuatorial como un país abierto y a pleno rendimiento
pues ese será el mejor regalo que podamos soñar.