Redacción El Confidencial
La desaparición de Fidel Castro, uno de los peores y más longevos dictadores del mundo, no va a acarrear, al menos a corto plazo, la libertad y la democracia para el pueblo cubano. Han transcurrido ya muchos años desde aquel 1 de enero de 1956, año en el que Fidel Castro se hiciera con el poder para instalar un régimen comunista y totalitario de partido único. En todo este tiempo, las cosas no cambiaron, sino que fueron a peor. Cuba se ha visto sometida a un continuo ensayo revolucionario, para implantar (forzar, obligar e imponer) un socialismo real. El resultado está a la vista: un pueblo depauperado en lo económico y en lo moral, domeñado, cercenadas sus libertades y pisoteado en su dignidad. A este desolador balance le añadimos los 7.100 asesinatos oficiales, muchos mas en la realidad, ya que los familiares no han querido denunciar los desaparecidos o los suicidios en los campos de concentración de la UMAP para homosexuales.
La Cuba que conquistó Fidel Castro poseía una renta per capita muy por encima de España y de Suiza. Sesenta años después y habiendo aplicado hasta las ultimas consecuencias los principios del Comunismo, su renta es ahora cinco veces inferior a la de España. La situación de libertades que viven los españoles, no tiene nada que ver con la opresión y la postración social que están padeciendo los cubanos. Incomprensiblemente la muerte de Fidel Castro, no va a concitar un rechazo unánime a un siniestro sátrapa, que mandó al exilio a un 20% de la población. La sacó de la miseria y la metió en otra mayor.
Como en Guinea Ecuatorial, los intelectuales cubanos de al menos cuatro generaciones han sido asesinados, humillados, encarcelados o expulsados al exilio. Una larga lista de grandes hombres, pensadores y poetas: Arenas, Almendros, Sarduy, Padilla, Piñera, Cabrera, Baquero, Lezama.......la humillación pública a la poetisa Cruz Varela, a la que en plena calle le hicieron comer sus poemas.
También como Obiang, la fortuna de Fidel Castro, guardada igualmente en Suiza, (mientras su pueblo pasaba hambre) asciende a 900 millones de dólares, superior a la de la Reina de Inglaterra, y quien sabe, si inferior a la de Obiang.
El efecto de su revolución no ha sido precisamente positivo en el Continente Africano. Aunque haya ayudado a algunos países a conseguir la independencia, a continuación ha estado manteniendo a regímenes comunistas totalitarios y a dictadores, tanto o mas salvajes que él mismo. Fidel Castro maestro y guía -en la maldad- de Gadafi y de muchos otros dictadores africanos, entre los que se incluye el propio Obiang. A Cuba, igual que a Rusia, ha estado enviando Obiang a estudiantes aventajados, para que aprendieran de las formas represivas del comunismo, para que a continuación las implantaran en Guinea Ecuatorial.
La escritora y poetisa cubana exiliada, Zoe Valdés, ha querido descubrir hoy en una entrevista la verdadera cara de Fidel Castro, como padrino de la guerrilla revolucionaria y narcotraficante, como responsable de los mayores crímenes, como causante de las mayores humillaciones a las que se les puede someter a un pueblo. Ella ha recordado como Fidel había "patentado" una forma "dulce" de liquidar a sus adversarios políticos, que consistía en sacarle la sangre antes de asesinarlos.
No podemos ser hipócritas y apuntarnos ahora a los que ensalzan la épica figura de un dictador, que viene de un mismo tronco que el de Guinea Ecuatorial -España y la Hispanidad-, dictadores que se han estado retroalimentandose en sus asesinatos, en sus robos y en la mayor injusticia social contra sus respectivos pueblos.
Los cubanos como los guineanos, han vivido y siguen viviendo, la misma pesadilla. Los disidentes y exiliados cubanos y guineanos reivindicamos las mismas cosas: libertad, democracia, dignidad, justicia, paz, desarrollo y futuro para nuestros hijos.
Hoy el diputado amigo del Partido del Progreso, Fernando Maura, ha enviado una proposición por escrito al Congreso de los Diputados de España, dudando de la conveniencia de la visita del Rey Emérito (Juan Carlos I) a la Isla para asistir a los funerales de Fidel Castro. Y es que la presencia masiva de mandatarios de primera línea, puede llevar consigo una cierta legitimación de un régimen tan injusto, como el que ha heredado Raul Castro de su hermano.
Allí estará también Obiang, contemplando las cenizas de su buen amigo y padrino, pensando -quizá aprendiendo- en la forma de perpetuar también su régimen en Guinea Ecuatorial. De todos, también de nosotros, depende el que no lo puedan conseguir, ni Obiang ni Castro.
