jueves, 4 de mayo de 2017

“DIOS CASTIGA SIN PALO”


Severo-Matías Moto Nsa, Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial.

           .Ante el dolor del pueblo guineano

La riada de informaciones que nos inunda en los últimos días, a través de todos los medios de comunicación posibles y al alcance de la sociedad guineana -muy especialmente la sociedad juvenil- que, en un gran alarde de valentía traslada al mundo ya no solo sus gritos y protestas, siempre ahogadas por la represión de Obiang Nguema; sino imágenes terroríficas tan vivas, tan impactantes que no sabe uno si agarrase a la débil sensibilidad y rechazarlas; o armarse de inusitada valentía, y medir tu capacidad humana, animal y de brutalidad.


¡¡¡¡EL PRESIDENTE  NO SABE NADA!!!!

Este es el gran grito que lanzaban los grandes prohombres, milicianos y juventud hormiga que rodeaban al Presiente Macías. Cometían sus barbaridades, detenciones, encarcelamientos, matanzas, secuestros, robos. Y, a la vez que se escudaban a la sombra de la autoridad protectora de Macías, este, a su vez, se sentía feliz, porque se le informaba de que esas tragedias se cometían para protegerlo de sus enemigos y de los enemigos. Los malhechores delinquían, a la sombra de Macías. Macías los protegía, en recompensa. De modo que cuando las quejas se elevaban de nivel, apuntando a Macías, como culpable, en tanto que responsable de todo el país, los  “suyos” le protegían con el grito de: “El presidente no sabe nada” Cualquiera que escuche el audio que circula estos días, de Macías Nguema, en el tribunal que lo condijo a la muerte, puede escuchar los gritos desesperados de Macías, pidiendo que le libraran de las culpas, delitos y pecados cometidos durante sus 11 años de poder. Porque, como presidente no tenía que conducir a los presos, ni era “Jefe de las cárceles”
Parecía que nadie más que los mismos muertos, los encarcelados y los torturados tenía la culpa. No la tenían ni los que cometían  delitos, a la sombra de Macías, ni Macías se atrevía a castigar a los cometían delitos en su nombre. El presidente no sabía nada.

EL JEFE DE CÁRCELES DE GUINEA ECUATORIAL. OBIANG NGUEMA MBASOGO; SÍ, LO SABE TODO

Once años después, tomó el poder, por un violento golpe de estado, y pasando por encima de su tío Macías  y  de centenares de cadáveres, el que era Jefe de cárceles durante esos 11 años de Macías: Teodoro Obiang Nguema Mbasogo.
Lleva en el poder: 11 años como Jefe de Cárceles; 39 años como presidente. En una y otra ocasión, sin el más mínimo pudor, miedo o vergüenza, viene soltando  públicamente, frases como:
“Yo sé que no he estudiado mucho; pero que nadie piense que ha estudiado mucho” (Apología de la incultura, de la ignorancia y de la barbarie. De ahí su poco interés que la juventud estudiantil)
“Los que dicen que son buenos, que lo sigan siendo; nosotros estamos donde estamos” (Apología de la maldad, de la perversión y de la delincuencia. De ahí, su empedernida entrega al almacenamiento, tráfico y consumo de droga, su hereditaria calidad de ladrón, su desaforado afán de contagiar y llenar sus filas de delincuentes… y malhechores)
“El que quiera el poder, que  haga lo mismo que yo hice…” (Apología de la violencia como modo de acceder y mantener el poder. (De ahí su uso de la fuerza militar para aferrase al poder y su miedo, huida,  burla y desprecio por el modo limpio, pacífico y democrático de acceder al poder: Las elecciones libres.
“Yo presumo de ser un dictador…” (De ahí su predilección por quienes de dentro o de fuera se identifican con él y le ayudan a ser ese “hombre fuerte” que tanto le encanta a Occidente y a Oriente, para África

“¡¡SI ALGUIEN PILLA A UN  LADRÓN Y LO MATA, QUE NO LE LLEVEN A LOS TRIBUNALES!!” –ORDEN DE TEODORO OBIANG NGUEMA-

Nada como este dictado del “presumido dictador” y empedernido delincuente le identifica y define tanto como esta terrible  declaración.
Todo un presidente de un  país, asomado a la tribuna pública, en un mitin de campaña, abre paso libre a la delincuencia y a la maldad.
Primero decretó públicamente que a los ladrones había que
“A los ladrones había que cortarles los tendones”.
Es muy posible que Obiang Nguema conociera que Guinea Ecuatorial iba a caer en picado en tan alto grado de hambre y miseria que el ROBO iba a ser la tabla de salvación de los que como él mismo, repiten su frase “Los  que dicen que son buenos, que sigan siendo buenos; nosotros somos lo que somos” (Es tanto como decir que los ladrones son como Obiang Nguema)

NI SODOMA Y GOMORRA…
Las calles de Guinea Ecuatorial, los despachos, los burdeles, las cárceles, los rincones de Guinea Ecuatorial, presentan escenarios de tal grado de tragedia humana que nadie diría que en ese país hay un `residente, un gobierno y unas instituciones.
Como en lo más íntimo de la selva  virgen y la jungla,  se viven imágenes y se reciben noticias más parecidas a un infernal mundo leones, leopardos, pumas, serpientes, escorpiones disputándose espacio vital y de supervivencia.
Mientras tanto Obiang Nguema Mbasogo, Presiente de Guinea Ecuatorial, conocido con el felino apodo de “tigre al acecho” contempla, feliz y satisfecho, lo mismo que hacía en as cárceles de Macías el dantesco espectáculo de taxistas encarcelados, asesinados; violadores desnudos y aporreados a muerte;  niñas violadas con sus madres exhibiéndolas  desnudas y aporreados, ladrones públicamente desnudados, torturados y asesinados ante un corro de mujeres excitadas, mujeres ladronas aporreadas despiadadamente en las comisarías con público expectante.
Viendo y oyendo lo que pasa en Guinea Ecuatorial, y sin haber conocido  o asistido a la degradación bíblica de Sodoma y Gomorra, es muy fácil imaginarlo.
Era, en otros tiempos, muy utilizada en el pueblo  guineano, una frase que, a la vez que denotaba su incapacidad ante las desgracias, y echando mano de su carácter cristiano y religioso decía “¡¡Dios Castiga Sin Palo!!”, pasando a las manos de Dios las venganzas y  reivindicaciones.

“ESTE PAIS OS NECESITA VIVOS, NO MÁRTIRES…” (Adolfo Suarez)

Muy difícil, desde la lejanía  e impotencia del exilio, enviar un mensaje de aliento, de ánimo y de invitación a la valentía, a esos TAXISTAS; un mundo dechado de servicio,  de cercanía y de confianza del pueblo, que se está desangrando bajo las garras del “tigre al acecho”.
Sus víctimas y cadáveres, unidos a los de tantos otros guineanos asesinados en los 50 años que estamos a punto de cumplir, no son ni serán nunca simples sacrificios humanos ofrecidos a satanás por Obiang Nguema y su gente,  para mantenerse en el poder; son esa sangre de mártires políticos que han de transformarse y  ser semilla de nuevos valores.
Solo me atrevería a asegurar que estamos cada vez más cerca de que nuestros palos hechos lágrimas, sean suplidos por ese “castigo sin palo” que solo DIOS sabe  manejar. Los signos de los tiempos y la labor silente, lenta pero profunda, de la oposición, son cada vez más atendidas por la comunidad internacional, en favor de nuestro pueblo.
No puedo dejar de recordar aquí  el gran consejo que me dio Don Adolfo Suarez González (q.e.p.d) cuando visitó Guinea Ecuatorial,  fue rechazado por el dictador Obiang Nguema y se dio cuenta de lo difícil que era el dictador: “¡Este país os necesita vivos; no mártires!”…