sábado, 9 de septiembre de 2017

YA HA MUERTO CAYO ONDO MBA ANGUÉ.



          

*El asesino oficial más público,temido y compulsivo del General Obiang Nguema Mbasua.
*Se regodeaba, imitando los últimos gemidos y suspiros de sus víctimas.
*CAYO: “¡Si Obiang Nguema  me manda a Black Beach, diré públicamente quién  me manda matar a la gente…!”
*¿“Se arrepintió”, Cayo, al ser ordenado “obispo” de una secta de las que pululan e invaden Guinea Ecuatorial?

Oposición en el exilio de Guinea Ecuatorial, 8 de septiembre de 2017.- Muy pocos asesinos “oficiales” de los que se mueven, desde hace ya cerca de cincuenta años de independencia de Guinea Ecuatorial, en el entorno del presidente, dictador, de ese país africano, como CAYO. El solo nombre de Cayo ha sido, en Guinea Ecuatorial  y durante décadas, símbolo de un terrorista asesino, tanto de los enemigos del régimen, como de los que había que sacrificar para “fortificar” y dar continuidad al régimen del general golpista guineano.

La noticia de la muerte de CAYO, en el terroríficamente famoso hospital “La Paz” de Malabo (de propiedad-dicen- de KOO, una de las mujeres del dictador) ha reventado las fronteras matinales de la República de Guinea Ecuatorial para cubrir de mensajes de whatsApp al mundo entero, donde recalan los guineoecuatorianos. Como sucede dentro del país, los gritos silenciados y ahogados por la “prudencia” o el miedo; gritos de sorpresa, mezclados de un hondo respiro y cargados de esperanza, son más por el resquicio de libertad y tranquilidad que se abre con la ausencia de CAYO, que por el simple y natural hecho de su muerte.
“¡¡¡Cayo ya ha muerto!!

EL PRINCIPAL  ASESINO OFICIAL  DEL RÉGIMEN, PROTEGIDO POR LA INMUNIDAD Y LA IMPUNIDAD DE LA “AUTORIDAD”

Por su escasa población, y extensión, los ciudadanos guineos conocen, uno por uno, al  nutrido círculo de asesinos de los que se ha rodeado, en cerca de 50 años de independencia, el régimen del dictador y compulsivo delincuente que dicta normas en Guinea Ecuatorial. Pero el asesino oficial, CAYO se distinguió muy especialmente por el gran alarde que hacía de su tétrico papel de “asesino oficia”. Sentía alrededor de su cuerpo y de sus acciones asesinas, la coraza de la impunidad que le brindaba su “AMO” (La autoridad) ¡¡¡La autoridad!!! Es, desde siempre, la grande e inexpugnable explicación, la gran coraza de impunidad con la que se mueven los asesinos (profesionales o aprendices) que se  mueven en Guinea Ecuatorial. Ese país que un ilustre y celebre diplomático extranjero ha calificado como: “Un país de asesinos”
CAYO fue, posiblemente, el asesino oficial que más abusó, exhibió e hizo alarde público de la coraza de impunidad que le ofrecía la AUTORIDAD… Tal era esa exhibición y alarde de impunidad, que CAYO se regodeaba y  disfrutaba, entre su gente, imitando los gemidos, gorjeos y estertores finales de muerte que exhalaban sus víctimas. Demostrar que sus asesinatos estaban perfectamente protegidos y avalados por la AUTORIDAD, permitía a CAYO actuar de modo que hasta las víctimas incluso le “perdonaban”, por que actuaba en nombre de la AUTORIDAD (“OTORREDAD”, en pronunciación fang)
El resto de personas que forman la larga cadena de “asesinos oficiales” que rodea a la “OTORREDAD”, se mueven con cierto disimulo, prudencia o, por lo menos, sin exhibición ni boato como lo hacía CAYO. Que no por eso son menos conocidos, temidos y respetados por sus víctimas y la población, en general.
CAYO lo tenía muy claro, lo mismo que lo tienen el resto de asesinos que (sin boato público) rodean  a la “OTORREDAD” que los alimenta.

UN PLAN FRUSTRADO DE ASESINATO: MARTÍN ESONO, A CAMBIO DE SEVERO MOTO NSA

Aquel 25 de enero de 1995, el Partido del Progreso, se estaba lamentando de la detención y encarcelamiento de su Secretario de Finanzas, Don Tomás ELO AKA (prestigioso funcionario de Hacienda, traicionado por su yerno, que guardaba el atestado de un joven que había robado mucha droga y mucho dinero en  una de las habitaciones del chalet del presidente dictador de Guinea Ecuatorial. El  atestado daba razón a las denuncias de “traficante de droga” que pesaban, desde los Estados Unidos, sobre el dictador y cuyas denuncias que  habían sido de algun modo ratificadas por el líder del Partido del Progreso. Apenas dos días de la detención del Secretario de Finanzas del Partido del Progreso, el Secretario de Estado de Seguridad, citó en su despacho al Presidente del Partido del Progreso, lo invitó a subir a su “land rover” y lo condujo al Juez de Primera Instancia de Malabo. Motivo: Las declaraciones hechas en España por el líder político, acusando al dictador de traficante de  droga” El Juez de Primera Instancia de Malabo, recibió la orden de enviar, sin  más trámites ni dilaciones, al Presidente del Partido del Progreso a Black Beach. Era una tarde de viernes. Internar al Presidente del Partido del Progreso en Black Beach, por orden del Juez, en una tarde de viernes, garantizaba el vacío de toda asistencia o atención judicial o noticias sobre el líder político, durante el viernes, sábado y domingo… Tiempo más que suficiente para que CAYO actuara… y el lunes se propagara la noticia oficial de la “fuga y paradero desconocido” de Severo Moto Nsa…

Desde la vivienda del Secretario General de la Presidencia, Don Ricardo Mangue Obama Nfubea, un sanedrín formado por el Secretario de Estado de la Seguridad, Manuel Nguema Mba, el “el famoso Comisario X, y el propio Secretario de la presidencia, esperaban, con ansiedad la decisión del Juez, enviando a Black Beach a Moto Nsa; mientras Cayo se movía como una fiera inquieta y herida, a la espera de que el Juez decidiera lo que el sanedrín, de orden de la OTOREDAD había ordenado: traslado del líder del Partid del Progreso a Black-Beach, en una tarde de viernes… Al final, el Juez, ajeno a las “sabias orientaciones” del dictador, decretó el arresto domiciliario del Presidente del Partido del Progreso. CAYO, decepcionado y contrariado en los planes marcados por el dictador, no dudó en precipitarse y situarse en la verja de la sede del Partido del Progreso para evitar la entrada en ella del Presidente del Partido. De pronto, como un ángel custodio, apareció el Juez para gritarle a CAYO: “He decidido que este señor se quede en arresto domiciliario, en su sede; cualquier cosa que le suceda, a partir de ahora,  no me hago responsable”. CAYO, enfurecido, se apartó del portal de la sede del Partido del Progreso y se largó, avergonzado, crujiendo los dientes; al más puro estilo de Macías, ante la mirada de la multitud de militantes que acompañaban al líder del Partido del Progreso.

MARTIN ESONO, A CAMBIO DE SEVERO MOTO NSA.- A la mañana siguiente, la ciudad de Malabo se despertó espantada por la noticia del asesinado de Martín ESONO, ferviente militante del Partido del Progreso:
Forzado por CAYO, Martín fue obligado a subir al coche del asesino, carretera del Aeropuerto de Malabo. A mitad del camino, CAYO hizo bajar de su coche a Martin. Le descerrajó un tiro en la nuca; con el machete de la víctima, le abrió el cráneo; extrajo la masa encefálica  de Martin; luego seccionó su paquete sexual. Cayo pidió ayuda al joven que le acompañaba en el coche, para depositar el cadáver en el maletero de su coche; y con los órganos humanos seccionados, metidos en un calcetín, el asesino oficial de la OTORREDAD, emprendió el camino de retorno a la ciudad de Malabo. Paró, a desayunar, en el restaurante de “MAMY…”; luego se dirigió al hospital y ordenó que se tirase el cuerpo de Martín ESONO al depósito de cadáveres; con la estricta amenaza y prohibición de que nadie dijera quién había llevado ese cadáver al hospital. Luego, CAYO se dirigió a la Presidencia, a encontrarse con la OTORREDAD y hacer entrega del “botín”.
“Como cuentes lo que has visto, tú también lo pasarás igual” -amenazó, CAYO, al joven que le acompañaba en la tétrica odisea. El joven, antes de abandonar Guinea Ecuatorial y perderse en Gabón, contó, al detalle, toda la terrorífica historia.

LA REACCION AIRADA DE DOÑA CONSTANCIA, “KOO” DE OBIANG.- Martín ESONO, el asesinado y ofrecido a la OTORREDAD en el lugar del líder del Partido del Progreso, era de la tribu OBUK; la misma que de KOO, mujer de la OTORREDAD. Al enterarse, la KOO, del asesinato de su “hermano de tribu”, montó en cólera y obligó a su marido (la OTORREDAD) a enviar a la cárcel de Black Beach a CAYO. En ese propósito, empeño o amago  estaba  la OTORREDAD, cuando los militares encargados de la detención de CAYO, le informaron de la gran amenaza del asesino oficial:
“¡¡¡Por dios, decid a Obiang Nguema que si me mete en Black Beach, diré públicamente quién me suele mandar, y me ha mandado matar, a la gente...!!!
CAYO cumplió, por todo castigo, escasamente dos días de arresto domiciliario; y apareció de nuevo, ufano y provocador, por las calles de Malabo.

HABLA SEVER MOTO NSA…

"Mi primero y violento encontronazo con CAYO, fue en el año 1976. En aquellos días en los que el actual dictador arreciaba sus furias contra el mundo intelectual, en el decidido empeño de limpiar el camino hacia el golpe de estado del 3 de agosto y la toma violenta del poder. En esa ingente y sangrienta tarea, el  terrorista y golpista presidente actual de Guinea Ecuatorial, desde su estratégico puesto de “jefe de cárceles del país”  contó con la inestimable ayuda de Feliciano Obama Nsue Mangue  (BATHÓ), Director de Política Interior del PUNT, quien organizó una intensa batida contra los intelectuales y egresados de las Universidades, Institutos y Colegios españoles, con el propósito de “BAJAR LOS HUMOS a esta clase de gente”

Una noche, CAYO, gran  ejecutor de esta batida nocturna de “los venidos de España”, dio con nosotros dos: Don Juan OYONO ATOGO (q.e.p.d.) y yo. Nos condujo a la policía. Y sin más trámites, me preguntó sobre el paradero de Alfons Nsue Mokuy (Por lo visto, a este caballero, Ingeniero Agrónomo, llegado de las Palmas, tocaba “bajarle los humos” esa noche) A mi respuesta negativa sobre el paradero de Don Alfonso Nsue Mokuy, CAYO me incrustó un  crochet en el mentón que me hizo tambalear. Peguntó de nuevo sobre el paradero de Alfonso Nsue Mokuy. A mi nueva respuesta:
-Coño, no lo sé; Alfonso estará en su casa.
-¿A quién llamas coño?  -me bramó CAYO- Acto seguido me clavó un rodillazo en el bajo vientre. Al instante empecé a orinar. Ante lo cual, CAYO se dirigió a Don Juan Oyono Atogo. De un puñetazo en la sien, CAYO tiró al suelo al Arquitecto y experto en artes marciales, venido de España. El asesino estaba machacando, a patadas, a la víctima, bañada en sangre, cuando apareció por el portal del patio de la policía, el famoso Inspector Don “Daniel Ángel”. Al verlo y escuchar su grito de enfado, CAYO desapareció, escopetado, del lugar…"
¡¡¡CAYO ya ha muerto!!!
La necrología de CAYO, difícilmente puede narrase si no es con tinta roja, en rotulador de trazo grueso. Volver del exterior de Guinea Ecuatorial y pensar en que al enfilarse hacia el aeropuerto, te ibas a encontrar con la figura y a fiera mirada de CAYO, ensangrentada; era más que motivo para una larga angustia. Nada mejor que poder poner un rotulador de trazo grueso y tinta roja en las manos de cada una de las numerosas  víctimas que, tras su muerte, deja CAYO.

CAYO, OBISPO DE UNA SECTA…

El primer Presidente de la independencia de Guinea Ecuatorial, Francisco Macías Nguema Biyogo, hirió de muerte a la Iglesia católica. En su alocado y esquizofrénico camino hacia el comunismo Macías Nguema unió en el mismo paquete de odio, persecución y  muerte a la Iglesia católica y a España. También es cierto que, a pesar de ese odio a España y a la Iglesia católica, no abrió paso fácil a otras iglesias, ni sectas. Cerró Iglesias y capillas; obligó a la población católica, abrumadoramente mayoritaria en Guinea Ecuatorial a deshacerse de los nombres cristiano-católicos (de santos) para fomentar la “autenticidad africana”; abrió en la población guineana el gran escándalo de ver entre los presos de la “Cárcel Modelo” de Bata o de Black Beach a sacerdotes claretianos y Hermanos  de La Salle aporreados y torturados, mientras, machete en mano, “chapeaban” la hierba, junto a sus feligreses, presos políticos y comunes.
Apartado del poder por un sangriento golpe de estado, Macías cedió paso a su sobrino. Este, en una estrategia militar (violenta) de no encarcelar, sino de atraerse a así a la Iglesia católica, se ha significado en abrir paso (al contrario que su tío) a una larga cadena de las llamadas “sectas” que, hace cerca de cincuenta años, se disputan el terreno de “dios” en el alma del pueblo guineano…
CUENTAN.- Que CAYO, tras sufrir un muy grave accidente que estuvo a punto de llevarlo al encuentro del infierno y durante algún tiempo lo dejó cojeando; tiempo, quizás “meditar”, CAYO decidió sumarse a una SECTA. Y tan bien funcionó en esa secta (cuyo nombre, ni nos preocupa conocer,  interesa citar aquí…) que, con el tiempo, lo elevaron al primer grado del “sacerdocio”. CAYO se hizo OBISPO de una SECTA…
En la esquizofrénica y loca vida que hace Guinea Ecuatorial, desde que, hace casi 50 años, se independizó y cayó en las manos de dos dictadores, los guineanos son testigos mudos, sordos y ciegos de la más variada gama de situaciones a cual más esperpéntica. De modo que nos hemos encontrado, en CAYO, con un compulsivo ASESINO oficial. Elevado a violento GENERAL. Convertido a una  SECTA... Hecho un  OBISPO bailarín. Abandonado y muerto en el Hospital-tanatorio  “la PAZ” de Malabo.

COMO NO PODIA SER DE OTRA MANERA...- La muerte de CAYO, en el tristemente famoso hospital LA PAZ  de Malabo, conocido con el significativo apellido de Tanatorio Hospital (antes que hospital, es un tanatorio) ha despertado los, no por esperados, menos preocupantes noticias y rumores. De tal manera que de forma paralela, la noticia de la “muerte” de CAYO llegada de Guinea Ecuatorial, se ha disputado inmediatamente el espacio informativo con la noticia del “asesinato” de CAYO.

Un AUDIO, de los que desafían el hermetismo informativo oficial de Guinea Ecuatorial, emitido en el más escrupuloso “pichinglis” (ingles africano) de Guinea Ecuatorial, asegura que CAYO no ha muerto de enfermedad alguna. Que hacía dos semanas, CAYO se vio en inmerso en el rumor de que ya estaba jubilado. CAYO, acorralado por el rumor, y visiblemente “cabreado” reaccionó diciendo: ¡¡¡Si yo estoy “jubilado”, hay una larga lista de “jubilados” como yo, y nos iremos todos juntos!!!
EL AUDIO acaba con una terrible moraleja: “Cayo no estaba enfermo, ni tenía dificultad en andar y moverse –como se afirma oficialmente-. Quiero pensar que, como lo ha dicho el dictador, este hombre, como todos los que han estado en el tuétano del régimen y han trabajado como él (asesinatos y maldades oficiales) ¡¡¡no lo van a contar…!!!
CAYO amagó o anunció, en más de una ocasión, con citar en público el nombre de la persona “OTORREDAD” que le “dictaba las normas” de matar a los guineanos. ¿CAYO ha podido pagar, en el “Tanatorio Hospital” de “la PAZ” de Malabo, sus amagos y amenazas?
No es nada normal que un fiel servidor del régimen, como CAYO; General, Obispo de una importante Secta, sea enviado al Hospital (Tanatorio-hospital)  “La Paz” de Malabo, en vez de ser llevado urgentemente al “Albert Einstein” de Sao Paolo (Brasil), a Barcelona o Madrid…
Para terminar esta especie de necrología de CAYO ONDO MBA ANGUÉ; nada más juicioso y prudente que esperar, atentos y callados, para presenciar el desfile de los muchos guineanos  que CAYO anunció que tenías que ser “JUBILADOS”, como él.
¡¡¡ CAYO ya ha muerto!!!