miércoles, 25 de abril de 2018

LA DICTADURA HA DESTROZADO NUESTRAS VIDAS Y HA ACABADO CON LA SOCIEDAD GUINEANA


La dictadura ha producido en la sociedad guineana unos efectos demoledores. Será necesario mucho tiempo y mucho esfuerzo para poder sacudirnos las secuelas que nos habrá dejado el régimen dictatorial de Obiang Nguema. Hasta tal punto nos ha condicionado  a cada uno de nosotros y a la sociedad guineana en general, que nuestras vidas están de alguna forma, a merced del dictador. El resultado de toda esta tragedia ha sido la fracturación de la sociedad, una sociedad enfrentada entre si  y de alguna forma, dependiente y contaminada por los malos ejemplos de los gobernantes.

Los jóvenes enrolados en el PDGE están contaminados de los mismos comportamientos de los gobernantes y del clan que sostiene al dictador. La violencia, la impunidad con la que se mueven y sobre todo, el afán de dinero fácil, es un comportamiento normal para ellos. El hacerse multimillonario rápidamente es un deseo que ha calado en también en muchos otros jóvenes que no forman parte del clan dictatorial.

Obiang se ha apoderado de Guinea Ecuatorial en su conjunto, de los bienes y hasta de las personas. A pesar de los ingentes ingresos que ha venido obteniendo en estos últimos años, la existencia para el ciudadano de a pie ha sido muy dura y en estos últimos años se ha puesto más difícil el poder sacar la familia adelante y vivir con cierta dignidad.  Los que se han exiliado tampoco han tenido una vida fácil, especialmente después del estallido de la crisis económica que ha afectado a muchos ciudadanos occidentales y con especial virulencia a los guineanos que viven en estos países. La falta de un trabajo estable, el desempleo, la precaridad en los propios empleos y  en muchos casos la imposibilidad de acceder a las ayudas, al no tener regularizada su situación en los países de acogida, han llevado a muchos exiliados a la marginalidad  y en algunos casos a la miseria. 

Este panorama de desesperación, tanto entre los que se han quedado en Guinea, como entre los que se han exiliado ha sido muy bien aprovechado por la dictadura para seguir dando vueltas de tuerca a su dominio sobre todos nosotros. Al final la mayoría de los habitantes de Guinea son dependientes de Obiang. Como se dice vulgarmente,  “comemos en sus manos”, estamos atados de pies y manos, a  merced de los que nos gobiernan.

Por este motivo es fácil encontrar incluso en las filas de la oposición líderes políticos que mantienen una vela a Dios y otra a Obiang. O como decimos en el argot de los exiliados: tienen un pie en Guinea -en la dictadura- y otro en la oposición. 

Dentro de Guinea, e incluso en España, Obiang ha montado un entramado de espías que controlan todos los pasos de la oposición. Y no le ha sido difícil el encontrar "opositores" en el exilio que se presten a pasar puntualmente información sobre las acciones que están llevando a cabo los opositores. 

Todos los que viven, clientelarmente, de la dictadura y otros que se aprovechan de ella,  rechazan la democracia. Nuestros compañeros del interior nos están informando que algunos guineanos están comentando que si tomara el poder Severo Moto no iba a permitir que se siga robando y claro, eso perjudica a sus intereses. 

La propuesta de la transición tranquila e institucional a la democracia del Partido del Progreso, está calando entre muchos opositores y entre una gran parte de la población, tanto de dentro como de fuera de Guinea, que ven en este proyecto la única salida que nos lleve, de una vez, a vivir en democracia en nuestro país.